Vivir con intención: mi camino entre movimiento, conciencia y autenticidad
- Ire

- hace 1 día
- 3 Min. de lectura

Soy Ire, persona activa, curiosa, medio inquieta, amante de la naturaleza, del deporte, del café de tueste natural y de hacerme preguntas que a veces ni yo misma sé responder. Trabajo, estudio, entreno, pienso, creo contenido, subo montañas (literalmente) y bajo ideas de la nube (metafóricamente). Y, aunque algunas cosas de mi vida podrían sonar “complicadas”, yo prefiero decir que es un camino lleno de energía, humor y aprendizaje. Vengo a contar mi vida real, con sus retos, sus luces, sus risas y sus búsquedas. Y también a compartir todo lo que me ayuda a vivir con intención.
Mi vida consciente está hecha de preguntas. La terapia sistémica me enseñó a mirar mi historia con menos ruido y más orden. La fe me enseñó a confiar incluso cuando nada tiene sentido. Me pregunto a diario: “¿qué necesito hoy?”, “¿qué es coherente conmigo?”, “¿cómo quiero cuidarme?”, “¿qué quiere Dios de mí?”. A veces obtengo respuestas, a veces silencio… pero ambos son parte del mismo camino.
Soy hipoacúsica bilateral mixta y llevo audífonos. Traducido a términos prácticos: a veces escucho con eco, a veces no escucho, a veces entiendo cosas que NADIE dijo y a veces tengo el superpoder de la escucha selectiva sin querer. No es un drama. Es un reto, sí. Pero también me ha hecho más fuerte, más intuitiva, más consciente y más creativa. Mi discapacidad no me define, pero sí me acompaña. Y quiero que este espacio sea un mensaje claro para otras personas con discapacidad: podemos, valemos y tenemos mucho que aportar. A nuestra manera, pero siempre adelante.
Mi relación con la comida también cambió con los años. Durante mucho tiempo comía “lo que tocaba”, sin preguntarme nada. Gracias al Realfooding (hola, Carlos Ríos), me di cuenta de lo que había detrás de los ultraprocesados, de lo importante que era priorizar alimentos reales, y de que el café de tueste natural no solo sabe mejor, sino que evita componentes químicos añadidos en los tuestes industriales. Comer sano no es castigo. Mi vida es 90% comida real, 10% caprichos y 0% culpa. Comer bien te cuida a ti… y a los que quieres.
El deporte ha sido mi brújula. Mi desfogue. Mi terapia de movimiento. Lo que sea que implique moverme, respirar profundo y recordar que sigo viva. El deporte me enseñó a gestionar mi energía, a bajar el ego, a escuchar mi cuerpo, a conocer mis límites y mis posibilidades, a conectar con personas pese a las barreras auditivas y, sobre todo, a respetarme. A veces entreno con más motivación que fuerza, pero eso también suma.
Mi piel sensible es otra parte de esta historia. Varias operaciones de oído afectaron mis nervios faciales, dejando mi piel delicada y reactiva. Probé muchas cremas. De todo tipo. Mi cara decía siempre: “no, gracias”. Hasta que llegó RINGANA. No fue magia ni milagros detesto esa narrativa, fue lógica: productos frescos, sin perfumes, sin irritantes, formulados con tecnología que realmente funciona. La primera vez que probé skin perfection sentí que mi rostro respiraba. Literal. Como si alguien hubiera abierto ventanas en mi piel. Y en días de irritación o tensión muscular… me vuelve a salvar.
Comparto Ringana porque es coherente con mi forma de vivir. Porque sus valores frescura real, ingredientes vivos, sostenibilidad y cero relleno encajan con la manera en la que cuido mi cuerpo y mi piel. Como un jugo recién exprimido pero en cosmética.
A nivel profesional, estudio Educación Social, y siempre soñé con acompañar personas y dinamizar grupos. Pero la realidad auditiva me pidió ser honesta conmigo misma: algunos caminos requieren adaptación. Y ahí apareció el Community Management. Una puerta inesperada que me permitió unir creatividad, comunicación y propósito. Crear contenido con cariño, conectar, aportar, construir comunidad… es un espacio donde mi discapacidad no me frena, sino que me inspira. Y además, me ha permitido aportar mi granito de arena en mi parroquia creando contenido sencillo y auténtico que ayude a otros a sentirse cerca de Dios.
Entonces, ¿por qué existe este blog? Porque quiero juntar todas mis partes: mi energía, mi creatividad, mi sensibilidad, mi discapacidad, mi fe, mi deporte, mi bienestar, mi piel sensible y mis ganas de aprender, compartir y acompañar. Este blog es un lugar para inspirar, informar, acompañar, cuestionar, crecer, reír y vivir con intención, no con perfección. Un espacio para cuidarte por dentro y por fuera. Para moverte, escucharte, conocerte y elegir mejor. Sin exigencia, sin ruido, sin disfraces. Solo vida real. Y mucho corazón.
Si has llegado hasta aquí, gracias. Significa que algo de mi historia resonó contigo. Ojalá este espacio te acompañe a moverte, cuidarte, buscar, reír, sanar y conocerte un poquito más. Porque al final… vivir con intención es un camino que siempre vale la pena. Y no tienes que hacerlo sola. Aquí caminamos juntas.
Comentarios