Movimiento

Para mí, el movimiento no es un hobby: es mi idioma favorito.
Es donde mi cuerpo y mi mente por fin hablan el mismo lenguaje.
Entre entrenar, escalar y moverme por la naturaleza, encuentro ese equilibrio que no siempre logro en un día lleno de pantallas, estudio y trabajo.
Entrenar me libera tensión, me ordena por dentro y me recuerda que, sin movimiento, mi energía se bloquea.
Por eso el deporte no es una obligación, sino un espacio de encuentro conmigo misma.
Mi rutina es variada, dinámica y consciente. El objetivo no es “llegar a más”, sino sentirme en casa dentro de mi propio cuerpo.
Moverme me enseña a escucharme, a marcar mis ritmos y a recordar que el cuerpo no se negocia: se acompaña.
En mis entrenos suelo apoyarme en algunos productos deportivos de RINGANA como SPORT Endurance o SPORT Protein que integré porque encajan con mi forma de moverme y recuperarme.
El movimiento también me enseñó algo valioso: el equilibrio no siempre se encuentra en hacer más, sino en hacer con intención.
Como dijo Jesús:
“Donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.” (Mt 6,21)
Y una parte de mi tesoro está aquí: en mover el cuerpo, la vida y el corazón con propósito.
